Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

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21/10/13

La Economía de los Dones (ECODON)


Acaba de ver la luz el número 7 de la revista Sostenible y Creativa (Comunicación consciente para la transición hacia un mundo más humano), editada por la Red Sostenible y Creativa (www.sostenibleycreativa.org).
En ella (páginas 20 a 25), se publica un artículo de Emilio Carrillo titulado La Economía de los dones y los talentos. Se recoge seguidamente su contenido completo.

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SUMARIO
A) El momento evolutivo de la Humanidad: “Consciencia de Unidad” y Nuevo Mundo. B) “Vivir” y “sobrevivir”. C) Dones y talentos. D) A cada cual según necesidades. E) Proyectos emprendedores.
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A) El momento evolutivo de la Humanidad: “Consciencia de Unidad” y Nuevo Mundo

1. El momento consciencial y evolutivo de la Humanidad se caracteriza por la transición desde la “consciencia egocéntrica” -que hasta ahora ha predominado- a una “Consciencia de Unidad”.
2. La “consciencia egocéntrica” ha llevado a los seres humanos a identificarse únicamente con su “yo” físico, mental y emocional, así como al convencimiento de que todo gira en torno a cada uno de ellos mismos y al exclusivo servicio de sus deseos y anhelos de satisfacción y bienestar. Sin duda, el “yo” y la experiencia de individualidad son un éxito de la Evolución y han sido muy valiosos y provechosos en el proceso consciencial humano. Es importante recordarlo y reconocerlo. Pero no lo es menos darse cuenta de que, en el devenir de ese proceso, se ha llegado a un punto en el que, lejos de seguir siendo útil, se han convertido en una limitación.
3. Para salir de esta limitación, el género humano se está dirigiendo de forma natural a una nueva fase evolutiva definida por un novedoso estado consciencial: la “Consciencia de Unidad”. Sus manifestaciones son muchas, sobresaliendo el sentimiento de unión y simbiosis con la Madre Tierra y la Naturaleza; la percepción de la Humanidad como una gran y única red en la que todos los seres humanos se integran e interaccionan; y, desde luego, el abandono de la visión de un Dios exterior, para conectar con nuestro “verdadero ser” y naturaleza divinal. A este último aspecto he dedicado el libro “Dios” (Editorial Nous), que ha visto la luz en septiembre de 2013
4. El tránsito desde una “consciencia egocéntrica” a una “Consciencia de Unidad” es lo que cada vez más gente está empezando a sentir. Es un proceso de carácter “interior” y repercutirá en el “exterior” en la medida en que lo haga suyo un número creciente de personas. El ciclo evolutivo que conducirá a ello ya ha comenzado. Bajo el ascendiente de este nuevo ciclo y al ritmo que la Humanidad marque en su proceso de transfiguración consciencial, un Nuevo Mundo se expandirá y consolidará. Lo hará primero en la práctica cotidiana de cada vez más personas, que, simplemente “desconectarán” de lo viejo y vivirán su día a día en coherencia con la nueva consciencia y con independencia de lo que los demás hagan o digan o de lo que ocurra a su alrededor y en el resto mundo. Y, finalmente, el Nuevo Mundo cristalizará colectiva y socialmente.
5. Se trata, por tanto, de un proceso que se irá desenvolviendo desde el interior al exterior y desde lo personal a lo colectivo. Y en su despliegue, provocará distorsiones y turbulencias en aumento dentro del modelo y el sistema (paradigmas, valores, pautas sociales, ciencia y tecnología, economía, finanzas, política, ejército, instituciones, religiones,…) de perfil egocéntrico en los que la vida humana se ha venido desarrollando. Es precisamente por esto por lo que el viejo mundo está ya sumido en una crisis sistémica, general y global, sin precedentes en la historia de la Humanidad. Y es importante subrayar y comprender que el Nuevo Mundo no nacerá por la caída del viejo. Es exactamente al revés: el nacimiento del Nuevo Mundo causará y desencadenará -lo empieza a hacer ya- la disolución del anterior.
6. Y en el contexto de la “Consciencia de Unidad!, la creciente percepción de nuestra divinidad -nuestro “verdadero ser” y naturaleza esencial- hará que la actividad de los seres humanos -cada vez más conectados con el Amor que Somos y todo Es- se concentre en “vivir” y en la plasmación de los dones y talentos que todos tenemos.

B) “Vivir” y “sobrevivir”

7. Mucha gente aún confunde la vida con la supervivencia y se dedica no a “vivir”, sino a “sobrevivir”, que son cosas bien distintas. De hecho, las preocupaciones y ocupaciones cotidianas de la mayor parte de las personas se centran en “sobrevivir” y a esto le llaman “vivir”.
8. “Sobrevivir” se basa en el utilitarismo, el valor de cambio, el esfuerzo y la huida del momento presente. Me explico. Por un lado, para “sobrevivir” se necesitan ineludiblemente cosas y personas, que pasan a tener un carácter “utilitario” e instrumental para la deseada supervivencia. Las personas, las cosas, la Naturaleza, el planeta, etcétera se conciben sólo al servicio de la propia supervivencia. Así, hasta el amor se convierte en una mera emoción derivada de esa necesidad instrumental del otro. Por otro, todo aquello que se incluye en “sobrevivir” conlleva una contrapartida o precio -suele ser valorable en términos pecuniarios, en euros- y requiere esfuerzo y trabajo. Por último, “sobrevivir” se caracteriza por moverse entre el pasado y el futuro, desatendiendo e ignorando el presente.
9. En cambio, para “vivir” no se necesita nada ni a nadie. Sobra con la Vida y con tomar consciencia de nuestro “verdadero ser”, constatando su naturaleza divinal y su pertenencia a la Unidad y Unicidad del Todo. Así se goza de la Vida sin deseos ni rechazos, situado en el momento presente y comprobando que la Felicidad es nuestro Estado Natural. Por lo mismo, “vivir” pertenece a la esfera del Aquí y Ahora, es totalmente ajeno a lo pecuniario y desconoce el esfuerzo: sus componentes y manifestaciones carecen de contrapartida o precio y fluyen en la vida, en la de cada uno, sin trabajo y con naturalidad.
10. Son muchos los hombres y mujeres que sufren una fuerte amnesia con respecto a lo que “vivir” es y significa. No es casual, sino consecuencia del aferramiento a la “consciencia egocéntrica”. No hay que ofuscarse por ello. Se trata de una fase natural en la evolución consciencial de los seres humanos. Y dará paso, lo empieza a hacer ya, a otra fase -tal como el invierno es una estación preciosa y precisa para que estalle la primavera- asociada a una “Conciencia de Unidad”. De ella brotarán paradigmas y pautas de vida muy distintos a los hoy vigentes. Entre ellos, será muy importante la honda comprensión del papel de los dones y talentos.

C) Dones y talentos

11. La puesta en práctica de los dones y talentos –capacidades, cualidades, facilidades,…- se caracteriza por llevarse a cabo en el día a día sin esfuerzo y de manera espontánea y natural, pues su ejercicio no cuesta trabajo, no genera fatiga alguna y se nutre de entusiasmo (que significa “Dios en mí”, en su etimología griega). No en balde, los dones y talentos -cada cual cuenta con los suyos- son plasmación y expresión directa en “mí” de la Presencia de Dios que es yo, todos y todo.
12. Y el ejercicio cotidiano de nuestros dones y talentos no quita para que atendamos, igualmente, los otros quehaceres que la Providencia y la Vida, en su fluir, vayan poniéndonos por delante. Sin juzgar las experiencias ni etiquetarlas dualmente, dejaremos el “qué” en manos de la Vida y nos centraremos en el “cómo” acometemos lo que la propia Vida y la Providencia vayan trayendo a nuestra vida, impregnando todas las actitudes y reacciones con la Frecuencia del Amor que subyace en nuestro interior. Por lo que la práctica de los dones nos conducirá también a llenar de Amor hasta el acto más aparentemente insulso o monótono de la vida diaria.
13. Para descubrir en qué consisten esos dones y talentos y los que cada uno posee, basta con que te observes a ti mismo y a los demás. Fíjate que todas las personas, sin excepción, atesoran un “regalo” divino en forma de los dones que brillan en cada cual y son distintos en cada uno. Sus características y contenidos suelen ser muy diferentes según los casos. Y no tiene por qué ser algo muy “grande” o “importante”, ni con impactos para el “futuro”. Normalmente, se trata de algo sencillo, nada extraordinario. Sin embargo, siempre es muy especial. Y si no eres capaz -por las razones que sean- de ver los dones y talentos que atesoras, reflexiona sobre las cosas que haces sin esfuerzo y entusiasmo, pues, normalmente, son manifestación de aquéllos. Y, en última instancia, pregunta al respecto a las personas que te conozcan y tengas confianza.
14. Detecta los dones que hay en ti. Y aquéllos que sean, ejércelos con Amor y de instante en instante. No lo hagas como obligación, por “tener que”, por “deber”, sino porque son tu expresión natural y espontánea ante la Vida. Además, lo harás con Felicidad y desde la Felicidad que es el Estado Natural de nuestra “naturaleza esencial”. Tanto, que el ejercicio de los dones y talentos, ni siquiera se concibe como “hacer”, sino como un hacer “no-haciendo” que fluye y se materializa de forma natural en el “Vivir viviendo”.
       
D) A cada cual según necesidades

15. La práctica natural, espontánea y cotidiana de los dones y talentos por cada persona –cada cual los suyos- será la forma normal de interactuar por parte de los seres humanos en el Nuevo Mundo que ya está surgiendo desde la “Consciencia de Unidad”. Frente a los paradigmas y la visión de la vida y las cosas del viejo mundo, el Nuevo Mundo y el ejercicio de los dones y talentos operan en la dinámica “fluir-recibir-fluir”. El Misterio de la Vida se desvela de par en par: “Vivir Viviendo”, Vivir fluyendo para Recibir (¡sin miedos!) de la Creación, que es una Naturaleza Viva y Divina de Abundancia Infinita donde la Gracia y la Riqueza se distribuyen entre todos los componentes que la configuran y en ella se integran y fusionan. Y esta distribución no se hace según la “capacidad”, pues no hay niveles conscienciales –ni dones y talentos- mejores o peores, sino que la Abundancia de la Creación se distribuye según la “necesidad” derivada del momento concreto del proceso evolutivo que cada componente de la misma esté experienciando.
16. La Humanidad actual –desde la “consciencia egocéntrica que la ha llevado a olvidar nuestro “verdadero ser” y “naturaleza esencial” y divinal- actúa y concibe la vida desde la escasez (de recursos, de bienes, de energía, de amor,…) y distribuye lo escaso según las “capacidades”, que es la ley del más “fuerte”. El modelo de sociedad y el sistema económico imperantes se han construido y funcionan sobre estos cimientos puramente egocéntricos. Sin embargo, la Creación –también, dentro de ella, la Madre Tierra- es Abundancia Infinita y desconoce la escasez. Y esa Abundancia se reparte según las “necesidades”, asociadas a los procesos conscienciales y evolutivos que se dan en su seno. Así de simple y maravilloso.
17. Esto ha sido percibido por bastantes hombres y mujeres a lo largo de la historia de la Humanidad, que han vivido en consonancia con esa visión no egocéntrica o han propuesto modelos sociales y económicos para superar el hoy vigente. Entre los primeros, fue el caso, por ejemplo, de los colectivos cristianos primitivos. Así se describe en los Hechos de los Apóstoles (4,32-35) el modo de vida de la comunidad: “No tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos (…) No había ningún necesitado, porque todos los que poseían campos o casas los vendían, traían el importe de la venta y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada cual según sus necesidades”. En cuanto a la formulación de modelos socioeconómicos fundamentados en ese reparto según las necesidades, valga como botón de muestra la propuesta sintetizada por Karl Marx en su Crítica del Programa de Gotha (I, 3): “En la fase superior de la sociedad comunista (…) sólo entonces la sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual según su capacidad a cada cual según sus necesidades!”.
18. En este orden, la economía del Nuevo Mundo y la Nueva Humanidad será una Economía de los Dones (ECODON) basada en: el disfrute de la Abundancia que caracteriza a la Madre Tierra, el Cosmos y la Creación –sin que nadie ni nada la limite ficticiamente por interés egoicos o deseos de apropiación y acumulación-; la práctica libre y natural de los dones y talentos de cada persona –cada cual los suyos y todos igualmente valiosos, sin establecer jerarquías o prioridades entre ellos-; y la distribución de los frutos de esos dones y de los bienes obtenidos en común-unión con la Naturaleza no en función de la capacidad de cada uno –lo que supondría situar unos dones por encima de otros bajo falaces criterios economicistas y productivistas-, sino según las necesidades de cada cual derivadas de los procesos tanto biológicos como conscienciales de cada ser humano.

E) Proyectos emprendedores

19. En este escenario, el impulso y realización de los proyectos emprendedores que las personas sientan desde su interior serán expresión y responderán al despliegue de sus respectivos dones y talentos; y no buscaran el enriquecimiento o beneficio propio, sino que contribuirán, incluso sin pretenderlo, a la mejora de las condiciones de vida y/o el avance tecnológico y espiritual de la Humanidad en su conjunto y sin excepciones en simbiosis y armonía con la Naturaleza y la Madre Tierra –en el Nuevo Mundo no habrá dualismos y se habrá comprendido que Espiritualidad y Ciencia son como la letra y la música de una misma y hermosa canción-.
20. Todo esto es precisamente lo que muchos emprendedores están ya percibiendo en su interior y están desarrollando desde el Corazón. Y sobre estos nuevos paradigmas y pilares, la Humanidad se transformará a sí misma en una espléndida Red Sostenible y Creativa que gozará de la Vida desde el discernimiento profundo que el único motivo y razón de la existencia, en cualquier plano y Dimensión, no es otro que Vivir: Vivir Viviendo, Vivir para Vivir.
21. Economía de los Dones (ECODON): Vivir, gozar y compartir la Abundancia de la Creación y la Madre Tierra y los dones y talentos de cada ser humano.

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